Síndrome de Cushing, una cruel enfermedad
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Síndrome de Cushing, una cruel enfermedad
Cuando adquirimos un animal de compañía hay que tener claro que le querremos y cuidaremos hasta el final de sus días. Aunque la responsabilidad sea grande, nuestro esfuerzo se verá más que recompensado con el cariño y la compañía que recibiremos de nuestra mascota. A la hora de buscar un perro nos encontramos con que hay razas que viven más que otras, pero elijamos la que elijamos nuestro nuevo amigo llegará a la vejez y, al igual que el hombre, sufrirá achaques propios de la edad.
Una patología común que afecta a los perros senior es el síndrome de Cushing, una enfermedad hormonal que causa un exceso de corticoesteroides en la circulación sanguínea. La presencia de tumores ubicados en las glándulas adrenales, situadas cerca de los riñones o en la hipófisis, situada en el cerebro, son causa de que se desencadene esta dolencia.
Ciertas razas tienen mayor predisposición a que evolucione este problema, aunque es cierto que a partir de los diez años, cualquier perro, ya sea macho o hembra, puede desarrollarlo. Ciertos estudios demuestran que en canes de menos de 20 kilos, la concentración de cortisol sanguíneo en el organismo se origina en la hipófisis, mientras que en los que superan los 20 kilos, la dolencia se dirige en mayor medida hacia las glándulas adrenales, aunque no siempre es así.
Atención a los síntomas
Según los responsables del Centro Veterinario Carabanchel Alto, Óscar Bóveda y Enrique Díaz, los primeros indicios que apuntan a esta patología tienen que ver con el aumento de horas de sueño, por lo que los ejemplares afectados permanecerán más tiempo echados. Esto se debe a que se produce debilidad muscular y el can se siente cansado. Observaremos una señal muy clara en la zona abdominal, ya que el vientre se hincha en exceso. Por otro lado, tienen lugar alteraciones en la epidermis: la piel se vuelve más oscura o, lo que es lo mismo, sufre una hiperpigmentación.
Síntoma destacado también es la alopecia, es decir, zonas sin pelo o con una intensidad de cabello menor a la que tenían cuando el animal se encontraba en perfecto estado. Esta manifestación se aprecia rápidamente en razas de abundante pelaje, pues al principio se les cae el pelo del rabo mostrando la denominada cola de ratón.
La enfermedad afectará de manera diferente a unos perros o a otros pero, casi siempre, cuando el trastorno se encuentra en estado avanzado, el can beberá mucha agua y orinará en exceso. Los signos del sistema nervioso que están asociados a esta afección son la indiferencia, los cambios en la conducta, la ceguera, etc.
Sin embargo, es difícil determinar si esta sintomatología se debe a que nuestra mascota sufre el síndrome de Cushing o simplemente se trata de molestias relativas al envejecimiento. Muchos propietarios no se percatan de que algo le está ocurriendo a su perro, simplemente piensan que las manifestaciones son achaques propios de la edad.
Diagnóstico irreversible
Si tenemos serias dudas a cerca de su estado de salud, llevaremos a nuestro mejor amigo a que le hagan un estudio veterinario. Cuando el profesional encuentre indicios del síndrome de Cushing comenzará a realizar diversas pruebas para dar un dictamen adecuado. Hablamos de una enfermedad definitiva para nuestro perro, pero con un tratamiento adecuado conseguiremos una notable mejoría en la calidad de vida del mismo.
Las causas de esta patología se pueden dividir en grupos:
-Cushing iatrogénico. Provocado por la administración de un medicamento que posea corticoides. Administrado a largo plazo puede provocar multitud de efectos secundarios. Este tipo es el más fácil de curar, ya que en cuanto se interrumpa la administración de corticoides, muy lentamente, el organismo de nuestro animal volverá a funcionar correctamente.
-Cushing primario originado por un tumor. Genera un mal funcionamiento de las glándulas y una excesiva producción de corticoides.
El diagnóstico se conoce mediante análisis de sangre, ecografías o radiografías que nos indicarán el tamaño del tumor o si existe metástasis en otros órganos. Por último, pruebas específicas y también más costosas, ayudan a evaluar el problema. Las más usadas son el test de supresión con dexametasona y el test de estimulación con ACTH. En estas pruebas inyectan cortisol para ver los efectos de estimulación o inhibición que provocan las diferentes concentraciones en la sangre del animal.
Tratamiento agresivo pero esperanzador
Cuando el problema es una neoplasia, tumor o cáncer, se utilizará un tratamiento basado en quimioterapia o radioterapia. Es necesario, que los animales que sigan este proceso sean sometidos a una vigilancia continua porque, aunque este remedio sirve para reducir el exceso de corticoesteroides en la circulación sanguínea, hay que ajustar la dosis, pues el cortisol sanguíneo puede disminuir más de lo debido y tener consecuencias fatales. Sin embargo, este proceso curativo provoca agresivas reacciones como síntomas neurológicos secundarios, malestares gástricos, vómitos, hipertensión, insuficiencia cardiaca, pancreatitis, etc.
Poco a poco, los laboratorios farmacéuticos ofrecen nuevos productos que son menos violentos para el paciente. Aunque también provocan efectos secundarios en el organismo, la toxicidad que presentan es muy baja con respecto a los anteriores. Para tratar el Síndrome de Cushing, debemos acatar las recomendaciones del veterinario, que estará encantado de poder ayudarnos en todas las cuestiones que nos surjan. Hay que confiar en que los remedios actuales mejorarán inmensamente la vida de nuestra mascota, quizá de dos a cuatro años, pero no debemos olvidar que hablamos de una enfermedad irreversible para el organismo del animal.
Una patología común que afecta a los perros senior es el síndrome de Cushing, una enfermedad hormonal que causa un exceso de corticoesteroides en la circulación sanguínea. La presencia de tumores ubicados en las glándulas adrenales, situadas cerca de los riñones o en la hipófisis, situada en el cerebro, son causa de que se desencadene esta dolencia.
Ciertas razas tienen mayor predisposición a que evolucione este problema, aunque es cierto que a partir de los diez años, cualquier perro, ya sea macho o hembra, puede desarrollarlo. Ciertos estudios demuestran que en canes de menos de 20 kilos, la concentración de cortisol sanguíneo en el organismo se origina en la hipófisis, mientras que en los que superan los 20 kilos, la dolencia se dirige en mayor medida hacia las glándulas adrenales, aunque no siempre es así.
Atención a los síntomas
Según los responsables del Centro Veterinario Carabanchel Alto, Óscar Bóveda y Enrique Díaz, los primeros indicios que apuntan a esta patología tienen que ver con el aumento de horas de sueño, por lo que los ejemplares afectados permanecerán más tiempo echados. Esto se debe a que se produce debilidad muscular y el can se siente cansado. Observaremos una señal muy clara en la zona abdominal, ya que el vientre se hincha en exceso. Por otro lado, tienen lugar alteraciones en la epidermis: la piel se vuelve más oscura o, lo que es lo mismo, sufre una hiperpigmentación.
Síntoma destacado también es la alopecia, es decir, zonas sin pelo o con una intensidad de cabello menor a la que tenían cuando el animal se encontraba en perfecto estado. Esta manifestación se aprecia rápidamente en razas de abundante pelaje, pues al principio se les cae el pelo del rabo mostrando la denominada cola de ratón.
La enfermedad afectará de manera diferente a unos perros o a otros pero, casi siempre, cuando el trastorno se encuentra en estado avanzado, el can beberá mucha agua y orinará en exceso. Los signos del sistema nervioso que están asociados a esta afección son la indiferencia, los cambios en la conducta, la ceguera, etc.
Sin embargo, es difícil determinar si esta sintomatología se debe a que nuestra mascota sufre el síndrome de Cushing o simplemente se trata de molestias relativas al envejecimiento. Muchos propietarios no se percatan de que algo le está ocurriendo a su perro, simplemente piensan que las manifestaciones son achaques propios de la edad.
Diagnóstico irreversible
Si tenemos serias dudas a cerca de su estado de salud, llevaremos a nuestro mejor amigo a que le hagan un estudio veterinario. Cuando el profesional encuentre indicios del síndrome de Cushing comenzará a realizar diversas pruebas para dar un dictamen adecuado. Hablamos de una enfermedad definitiva para nuestro perro, pero con un tratamiento adecuado conseguiremos una notable mejoría en la calidad de vida del mismo.
Las causas de esta patología se pueden dividir en grupos:
-Cushing iatrogénico. Provocado por la administración de un medicamento que posea corticoides. Administrado a largo plazo puede provocar multitud de efectos secundarios. Este tipo es el más fácil de curar, ya que en cuanto se interrumpa la administración de corticoides, muy lentamente, el organismo de nuestro animal volverá a funcionar correctamente.
-Cushing primario originado por un tumor. Genera un mal funcionamiento de las glándulas y una excesiva producción de corticoides.
El diagnóstico se conoce mediante análisis de sangre, ecografías o radiografías que nos indicarán el tamaño del tumor o si existe metástasis en otros órganos. Por último, pruebas específicas y también más costosas, ayudan a evaluar el problema. Las más usadas son el test de supresión con dexametasona y el test de estimulación con ACTH. En estas pruebas inyectan cortisol para ver los efectos de estimulación o inhibición que provocan las diferentes concentraciones en la sangre del animal.
Tratamiento agresivo pero esperanzador
Cuando el problema es una neoplasia, tumor o cáncer, se utilizará un tratamiento basado en quimioterapia o radioterapia. Es necesario, que los animales que sigan este proceso sean sometidos a una vigilancia continua porque, aunque este remedio sirve para reducir el exceso de corticoesteroides en la circulación sanguínea, hay que ajustar la dosis, pues el cortisol sanguíneo puede disminuir más de lo debido y tener consecuencias fatales. Sin embargo, este proceso curativo provoca agresivas reacciones como síntomas neurológicos secundarios, malestares gástricos, vómitos, hipertensión, insuficiencia cardiaca, pancreatitis, etc.
Poco a poco, los laboratorios farmacéuticos ofrecen nuevos productos que son menos violentos para el paciente. Aunque también provocan efectos secundarios en el organismo, la toxicidad que presentan es muy baja con respecto a los anteriores. Para tratar el Síndrome de Cushing, debemos acatar las recomendaciones del veterinario, que estará encantado de poder ayudarnos en todas las cuestiones que nos surjan. Hay que confiar en que los remedios actuales mejorarán inmensamente la vida de nuestra mascota, quizá de dos a cuatro años, pero no debemos olvidar que hablamos de una enfermedad irreversible para el organismo del animal.
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